Pedro Alonso pronostica que la vacuna antimalaria podrá aplicarse en 2015
Oviedo, Pablo ÁLVAREZ
Es «seguro» que puede desarrollarse una vacuna contra la malaria. Es «casi seguro» que estará registrada aproximadamente en 2011. Es «bastante probable» que a la altura de 2015 esta vacuna pueda ser aplicada en los países más paupérrimos del continente africano, en aquellos en los que la malaria se cobra buena parte de sus víctimas mortales (entre uno y tres millones anuales en todo el mundo, con singular incidencia en el África subsahariana).
Como contrapunto a estos pronósticos optimistas, una precisión: frente una plaga de las dimensiones de la malaria, la vacuna será un instrumento muy relevante, pero no «una panacea» que zanje el problema. Y, para cerrar este elenco de ideas introductorias, una reclamación: que la crisis financiera que azota al Primer Mundo no induzca a los gobiernos a cerrar el grifo de los fondos destinados a ayuda al desarrollo y a investigación científica.
Estos fueron algunos de los mensajes transmitidos ayer en Oviedo por Pedro Alonso, director del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique), una de las cuatro instituciones galardonadas con el premio «Príncipe de Asturias» de Cooperación Internacional 2008 por su lucha contra la malaria, una enfermedad que cada año afecta a entre 300 y 500 millones de personas y que «amenaza al 40 por ciento de la población mundial», según pone de relieve el fallo del jurado que otorgó el galardón.
El doctor Alonso habla con la autoridad de quien conoce muy de cerca tanto el problema como algunas de las soluciones ensayadas, pues lidera el grupo de investigación que ha desarrollado la citada vacuna. El propio epidemiólogo apunta un matiz: la primera generación de este tratamiento inmunitario tendrá una eficacia limitada. Evitará «entre el 30 y el 50 por ciento» de los casos de malaria. Habrá que esperar algunos años más, a una tercera o cuarta generación de la vacuna, para alcanzar una efectividad del 90 por ciento o superior.