David Julius, Linda Watkins y Baruch Minke - Premio Príncipe de Asturias
Investigación Científica y Técnica
La esperanza en la investigación del dolor
«Es un altísimo honor ser reconocidos por S.A.R. Felipe de Borbón y la Fundación Príncipe de Asturias por nuestras contribuciones a las ciencias de la vida y la investigación biomédica y es una gran satisfacción compartir este premio con los doctores Minke y Watkins, cuyos descubrimientos de los procesos básicos de la señalización celular han contribuido a establecer las bases para la comprensión de los mecanismos de las enfermedades, incluidos los relacionados con el dolor crónico y otras afecciones del sistema nervioso. Estoy encantado de aceptar este prestigioso Premio en nombre de mi grupo de laboratorio, de mi universidad y de mi campo de investigación»
David Julius
San Francisco, 2 de junio de 2010
«Me siento profundamente honrado y agradecido al aceptar el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2010. Es un privilegio recibir este honor junto con el doctor Julius y la doctora Watkins, quienes gozan de reconocimiento mundial por sus investigaciones pioneras sobre los mecanismos del dolor. Este Premio es un tributo que indica la relevancia y la importancia de nuestro trabajo científico independiente para avanzar en el bienestar de la humanidad»
Baruch Minke
Jerusalén, 2 de junio de 2010
«Verdaderamente, me siento profundamente honrada por haber sido seleccionada para este Premio, junto con el Dr. Julius y el Dr. Minke. Son muchas las personas que han contribuido de manera importante a la comprensión y el reconocimiento de las células de la glía como poderosos moduladores del dolor y de las acciones de los opioides, tanto en mi laboratorio como en otros. Espero con ilusión recibir este Premio como representante de todos los investigadores que han hecho posible que las células de la glía se hayan convertido en un objetivo importante para mejorar el control del dolor humano y la eficacia clínica de los opioides»
Linda Watkins
Boulder (Colorado, Estados Unidos), 3 de junio de 2010
Considerados por la comunidad científica como referentes mundiales de la Neurobiología sensorial, David Julius, Baruch Minke y Linda Watkins han descubierto, desde aproximaciones complementarias, las causas y mecanismos por los que se produce y percibe el dolor, así como otras sensaciones como el frío, el calor o el gusto. Los descubrimientos de estos científicos abren nuevas y esperanzadoras vías al diseño racional de terapias y medicamentos específicos para el tratamiento selectivo de los diferentes tipos de dolor, uno de los grandes retos de la medicina de todos los tiempos.
Oviedo, Eduardo GARCÍA
Vivimos gracias al dolor, que es la perfecta señal de alarma en nuestro cuerpo de que algo no funciona bien. Pero acabar con el dolor prolongado e intenso, el dolor crónico, es el objetivo de las investigaciones de los tres galardonados con el premio «Príncipe de Asturias» de Investigación Científica y Técnica 2010. Son los bioquímicos Linda Watkins (Estados Unidos), Baruch Minke (Israel) y David Julius (Estados Unidos), una candidatura que venía avalada por seis premios Nobel de Medicina y Química y que ya había sonado el pasado año. Esta vez fue aceptada por unanimidad del jurado.
Los tres, a través de líneas independientes de investigación, han estudiado los mecanismos de recepción y los canales sensoriales de los organismos vivos. Ada E. Yonath, premio Nobel de Química 2009, aseguraba al respecto de su apoyo a la candidatura que los trabajos de Watkins, Minke y Julius «aportaron descubrimientos de un significado enorme, con prometedoras posibilidades de aplicación para el beneficio de la Humanidad».
Comprender el porqué del dolor crónico. Es un objetivo que los une. Julius estudió los nociceptores, neuronas que responden con gran intensidad a los estímulos físicos y químicos. Minke identificó el canal TRP, que es como una ruta de señalización de numerosos sistemas sensoriales de nuestro cuerpo, que tienen mucho que ver con la percepción del dolor, pero también con la sensación de temperatura y gusto. Watkins es la descubridora de las células gliales, células nerviosas relacionadas con el dolor patológico. Sus investigaciones han sido fundamentales para explicar las causas por las que algunos tratamientos analgésicos actuales, que actúan exclusivamente sobre las neuronas, no consiguen atenuar el dolor del paciente.
«La medicina no nació para tratar el cáncer o para hacer trasplantes, sino para quitar el dolor», explicaba ayer el jefe del servicio de Cirugía General del Hospital 12 de Octubre, Enrique Moreno, al término de la lectura del fallo del jurado. El catedrático de Microbiología César Nombela se refirió al «trabajo pionero» de los galardonados, que abre vías «para plantear nuevos fármacos» en un futuro próximo.
David Julius nació en Brooklyn, Estados Unidos, en 1955. Se licenció a los 22 años en Ciencias de la Vida del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). Doctor en Bioquímica por la Universidad de Berkeley, es profesor y director del Departamento de Fisiología de la Universidad de California-San Francisco. Es miembro de la Academia de Ciencia de los Estados Unidos y a lo largo de la última década se ha hecho acreedor a algunos de los grandes premios internacionales. Sus trabajos han aportado interesantes claves para entender los síndromes inflamatorios asociados a la artritis, el asma o el cáncer. También para comprender la alodinia, respuesta de dolor a señales inocuas.
Linda Watkins nació en Norfolk, Virginia, Estados Unidos, en 1954. En 1976 se graduó en Biología y Psicología en la Universidad de Virginia y se doctoró en Fisiología cuatro años más tarde. Es profesora del Departamento de Psicología y del Centro de Neurociencia de la Universidad de Colorado-Boulder. Es miembro de algunas de las más importantes sociedades científicas en su campo, como la Sociedad Internacional para el Estudio del Dolor o la Sociedad Internacional de Neurociencia. Sus trabajos estudian los mecanismos de activación de las células gliales por parte de los analgésicos opioides, y las claves de la supresión con el tiempo de sus efectos calmantes.
Baruch Minke es bioquímico y genetista, nació en Tel Aviv (Israel), licenciado en Psicología y Bioquímica, doctor en Biofísica, completó sus estudios en los Estados Unidos y desde 1987 es director del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Ha impartido docencia en universidades de Estados Unidos, Alemania, Suiza y Australia y es miembro de la Organización Internacional de Investigación Cerebral. Trabaja desde hace años en proyectos de primera fila científica con diversos institutos nacionales de Salud en Estados Unidos. Fue el primero en identificar los canales iónicos TRP.
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