Gebrselassie: «Para mí este premio es como ganar el Nobel»
El atleta etíope asegura que «hace muchos años» que soñaba con la concesión del «Príncipe de Asturias»
En condiciones normales, Asturias nunca hubiese servido de escenario para una carrera de Haile Gebrselassie. La entrega de los premios «Príncipe de Asturias» hizo posible que los asiduos del Parque de Invierno se cruzasen con el campeón etíope, que rodó durante una hora con su característico estilo. Los actos sociales no distraen a Gebre, que a sus 38 años todavía tiene retos por delante. Eso sí, ayer aseguró que tras inscribir su nombre en el palmarés del premio «Príncipe de Asturias» ya se puede retirar tranquilo porque «para mí es como ganar el Nobel».
A diferencia de otros grandes deportistas, que ni se dignaron en aparecer por Oviedo, Gebrselassie se cansó de lanzar flores al premio y a los que lo hacen posible. Un hombre que ha ganado dos medallas de oro olímpicas y que tiene cuatro títulos mundiales se presentó en el hotel de la Reconquista con la humildad de un principiante. Sus palabras tradujeron el entusiasmo de un reconocimiento que pone a la altura del mejor triunfo. Por ejemplo, de un maratón olímpico, como el que espera lograr el año que viene en Londres: «Hace muchos años que sueño con ganar este premio. Por eso, si ahora dejase de correr, me daría igual».
Como testigo de esta ambición, Gebrselassie puso a «mi amigo Miguel», que asistía a la rueda de prensa. Se refería a Miguel Ángel Mostaza, su representante en España y el agente de varios de los mejores atletas españoles. Mostaza había pronosticado que algún día Haile recibiría el premio «Príncipe de Asturias» y por eso ayer se mostraba orgulloso, mientras asistía a las carreras del etíope por el Parque de Invierno.
A diferencia de Haile, Miguel Ángel Mostaza sí cree que el campeón etíope tiene mucho que hacer en el atletismo. El nivel en Etiopía es tan alto que ni siquiera tiene garantizada una de las tres plazas para el maratón olímpico. Pese a que es un ídolo en su país, se lo tendrá que ganar en el asfalto, peleando contra el crono. Su objetivo es el maratón de Tokio en febrero, donde espera correr en torno a las dos horas y cinco minutos. Si lo consigue, según Mostaza, en abril será uno de los elegidos por el Comité Olímpico etíope.
Centrado en el reto de Londres, Gebrselassie pospone cualquier intento de recuperar el récord del mundo de la mítica prueba, que le arrebató el keniano Patrick Makau el mes pasado en el maratón de Berlín. Precisamente en Berlín, en 2008, Gebre había detenido el crono en 2:03.59, mientras que Makau lo rebajó en 21 segundos, 2:03.38.
Gracias a Gebrselassie, Makau y un puñado de portentosos atletas, ya no es una quimera esperar que un ser humano sea capaz de correr los 42 kilómetros y 195 metros en menos de dos horas. Haile también lo cree, pero no en un plazo inmediato. «Hace unos años, quince o veinte, correr en dos horas y 7 minutos era un buen tiempo. Ahora ya no es nada. Creo que el siguiente paso será bajar de las dos horas, pero no lo espero antes de 20 o 25 años». Y aporta algunas recetas: «Lo más importante es el entrenamiento. Dentro de unos años habrá mejores entrenadores, pero no sabemos qué métodos tecnológicos podrán ayudar a alcanzar estas marcas. Con todo eso y un buen recorrido, se podrá bajar de las dos horas en el maratón».
Haile Gebrselassie (Arssi, Etiopía, 18 de abril de 1973) es un deportista excepcional y una persona comprometida con los más necesitados. Su labor humanitaria y social en Etiopía fueron razones añadidas para la concesión del premio que recogerá hoy en Oviedo. «Cuando el jurado tomó la decisión, seguro que no estaban pensando sólo en el deporte. Hago mucho para mi gente, por mi país. Y este premio no es sólo importante para mí o para mi país, sino para todo el continente, para África».
Entre otras iniciativas, Gebre es impulsor y uno de los integrantes del grupo «The Elders», formado por personalidades etíopes que median en la resolución de conflictos entre el Gobierno, la oposición y la sociedad civil. También ha financiado la apertura de dos escuelas en Bahar Dar y Assela. En una visión más global, al hilo de los últimos acontecimientos, Gebrselassie, que es embajador de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo del Milenio, se refirió a los problemas provocados por la crisis mundial: «No sólo es lo que está pasando en Grecia, o en América o en tantos otros sitios del planeta. Yo intento ayudar a resolver estos problemas. Y si no llegamos a solucionarlos, pasaremos a ser parte de ese problema».