El gran Riccardo Muti ya es «Príncipe»
El jurado considera que el director de orquesta logra transmitir al público «el mensaje intemporal de la música» - «España y su cultura han sido muy importantes en mi vida», dice
El napolitano Riccardo Muti, que cumplirá 70 años en julio y es uno de los grandes de la música clásica actual, todo un símbolo de la mejor tradición cultural europea, obtuvo ayer el «Príncipe de Asturias» de las Artes. Hace honor, dice el acta del jurado, a la tradición clásica del director capaz de extraer el espíritu de cada obra a través de las mejores cualidades de las orquestas. Y el resultado, se añade, es que transmite al público «el mensaje intemporal de la música».
Muti, que dirigió durante dos décadas la Scala de Milán y en la actualidad es director de la Sinfónica de Chicago, recibió la noticia del galardón en la ciudad estadounidense y, a través de su representante, envió un comunicado a la Fundación Príncipe en el que se declara «particularmente honrado» de recibir el galardón «y aún más feliz» porque «España, su público y su cultura han sido muy importantes en mi vida de artista». El maestro agradece al Príncipe de Asturias y al jurado «este alto reconocimiento». Don Felipe y doña Letizia, por su parte, le enviaron un telegrama de felicitación.
Muti, que ya fue finalista el año pasado, se impuso en la última votación y por mayoría al arquitecto japonés Toyoo Ito. El jurado, que presidió José Lladó, decidió desde el principio que el premio tuviera un carácter universal. El misterio del ganador se mantuvo hasta casi el último momento. Su candidatura fue propuesta por Teresa Berganza, también «Príncipe» de las Artes. La arquitecta Benedetta Tagliabue, defensora de Toyoo Ito, admitió que es «un gran premio, un gran maestro que viene de mi tierra».
«En este jurado siempre se produce un dilema entre el creador y el intérprete, aunque estamos convencidos de que el intérprete es casi tan fundamental como el creador. Sin intérpretes grandes no hay música grande», afirmó el periodista y compositor Guillermo García-Alcalde, miembro del jurado y consejero de Editorial Prensa Canaria, del mismo grupo editorial que LA NUEVA ESPAÑA.
García-Alcalde trazó el perfil artístico de Muti subrayando los tres aspectos fundamentales de su personalidad artística. «Representa la tradición más depurada del arte europeo de dirección orquestal que ha trascendido al mundo entero, ha sido tanto director de ópera como de conciertos y se ha convertido en uno de los grandes intérpretes de nuestro tiempo».
Además, añadió, Muti es un formador de intérpretes, trabaja con todas las orquestas de manera exhaustiva «hasta que arranca de todos ellos el sentido de la música que él quiere y siente». Y hay un tercer rasgo que completa su genio. Es un gran investigador. «Se ha metido en la casi ruinosa biblioteca del Conservatorio de Nápoles y está ampliando el repertorio operístico, sobre todo del siglo XVIII. Cada año saca a relucir una nueva ópera, casi todas ellas buenísimas, hasta el punto de que cada año tiene en Salzburgo un acontecimiento, que es presentar una ópera nueva de las que descubre y pone en condiciones de ser interpretadas».
«Es uno de los grandes directores del siglo XX», manifestó el director de orquesta español Jesús López Cobos, primer «Príncipe» de las Artes. «Desde que ambos estudiáramos con Franco Ferrara he seguido su carrera. Muti representa la tradición europea del director italiano maestro en todo un tipo de repertorio, tanto lírico como sinfónico italiano y centroeuropeo».
Apasionado, disciplinado, respetado por las orquestas y por el público, que lo adora, Muti -también criticado por su autoritarismo- es uno de los directores más perseguidos por las orquestas de todo el mundo. En el último concierto que ofreció en Oviedo, en marzo de 2007, al frente de la Philharmonia Orchestra de Londres y ante dos mil espectadores, ofreció una velada magistral con arrolladoras versiones de Mozart, Liszt y Chaikovski.
Como recordaba ayer Miguel Muñiz, director general del teatro Real y otro de los miembros del jurado, Muti es «un director de talento con visión humanística». Al parecer, fue cortejado por numerosas orquestas antes de decidirse por la de Chicago. «Quería tomarse un tiempo para descansar, pero finalmente se decidió. Para mí es uno de los cinco directores de orquesta más importantes que hay en este momento».
Su triunfal carrera se inició con 26 años. Fue maestro titular de numerosas orquestas, algunas tan famosas como la ya citada Philharmonia de Londres y la Orquesta de Filadelfia. En 1986 fue nombrado director de la Scala de Milán, uno de los templos mundiales de la ópera. Allí consiguió interpretaciones únicas de las obras de Verdi, su compositor preferido. Es un maestro fiel a las partituras y así lo exige al resto de los intérpretes.
«Es un gran maestro, reconocido en todo el mundo. Su trayectoria como profesional es incuestionable», subrayó la consejera de Cultura, que también formó parte del jurado. Mercedes Álvarez aprovechó para ofrecer a la Fundación Príncipe la Orquesta Sinfónica del Principado (OSPA), «por si es posible colaborar con Muti».
Por su parte, la gerente de la OSPA, Ana Mateo, definió a Muti como un director «magistral y refinado, imprescindible en la música clásica de las últimas décadas».
La salida de Muti de la Scala fue difícil. Mantiene una privilegiada relación con la Filarmónica de Viena -ha dirigido en dos ocasiones el concierto de Año Nuevo- y con el Festival de Salzburgo.