Un escenario diseñado al dedillo para todos los espectadores
Se mantiene el tapete rojo sobre la mesa presidencial que se estrenó el año pasado, que contrasta con el azul predominante
No queda otra. El teatro Campoamor tiene que vestir sus mejores galas para albergar uno de los eventos más relevantes, si no el que más, del Principado. No vale presentarse de cualquier forma para recibir a las más importantes autoridades del país y la región. Y, sobre todo, el coliseo ovetense debe mantenerse como escenario ideal para que los premiados no olviden el día en que fueron galardonados con el «Príncipe de Asturias».
Este año no va a ser diferente. Y, de hecho, se mantendrá la misma fórmula estética de ediciones anteriores, sin apenas cambios más allá de la decoración floral, que se renueva cada vez. La envergadura de la ceremonia de los premios es tal que se emplea todo el espacio de la caja escénica del teatro.
En total, dieciséis metros de ancho, nueve de altura y quince de fondo diseñados y pensados para el perfecto encaje visual tanto en los espectadores que acudan al coliseo como en los que disfruten del acto por la televisión. No es para menos. Muchos miles de miradas estarán puestas en ese escenario.
El escenario, además de estar pensado para los espectadores, está ajustado al dedillo de acuerdo con las normas protocolarias que rigen la ceremonia. Muy importantes si se tiene en cuenta el nivel de las autoridades que se juntan en la cita asturiana. Todo el piso del escenario se encuentra a la misma altura, a excepción de dos puntos que se resaltan por encima del resto. Es el caso de la mesa presidencial, lugar que ocuparán los Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Leticia, flanqueados por el presidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, y el presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, Matías Rodríguez Inciarte; así como del atril, de madera y con cierto parecido al de la Casa Blanca. Ambos elementos del escenario se encuentran sobre un estrado a 18 centímetros del suelo. El atril, por su parte, también cuenta con un cajón escondido para que las personas de menor estatura alcancen sin problema el micrófono.
A ambos lados de la mesa presidencial, se sitúan las banderas. Se trata de las enseñas de España, Asturias y la Unión Europea, que están colocadas a la misma distancia a la derecha e izquierda de la mesa, que ha sufrido una reciente sustitución del tapete que la cubre.
El año pasado ya se estrenó la nueva tela, que supuso un cambio significativo en la estética de la mesa. Del azul se pasó al rojo, color que se mantiene en esta edición y que resaltará el lugar donde estarán sentados los Príncipes. El rojo contrasta de alguna manera con el azul, color predominante en la caja escénica al ser el distintivo de la fundación organizadora. En cuanto al bordado del tapete, representa precisamente la corona del Príncipe.
Los asientos de la mesa presidencial están cedidos por la unidad de actos públicos oficiales del Ministerio de Presidencia. Especial mención merecen los de los Príncipes de Asturias, que llevan bordados el escudo del Príncipe.
A la izquierda del escenario se sitúan los protagonistas del día, los galardonados. Detrás de cada uno luce la bandera de su país de procedencia. Sin duda, la variedad de enseñas que se verán este año (desde la canadiense de Leonard Cohen, hasta la etíope de Haile Gebrselassie, la japonesa de los Héroes de Fukushima o la italiana de Riccardo Muti) serán un claro referente de la universalidad de unos premios ya más que consolidados.
En el otro lado, a la derecha del escenario, se sientan distintas personalidades, como miembros de la Fundación Príncipe de Asturias, presidentes de los jurados o, incluso, algunos premiados de años anteriores.
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