Felipe y Letizia reciben un baño de realidad

Doña Letizia revivió ayer su niñez y adolescencia ovetense de los Martes de Campo con los miembros de la Cofradía de la Balesquida, que expresaron su deseo de retomar la tradición de hacer cofrades a los miembros de la Familia Real, interrumpida con Alfonso XIII.
Ésta fue una de las nueve audiencias que concedieron ayer los Príncipes de Asturias en Oviedo con motivo de la entrega de los XXXI Premios, que tendrá lugar esta tarde, y que constituyeron un recorrido rápido y conciso por distintos segmentos de la realidad asturiana.
Las dificultades de los emprendedores y de sectores como la ingeniería fueron expuestas por la Asociación de Voluntariado Senior de Asesoramiento Empresarial, Secot; la junta directiva de la organización asturiana de la Asociación Española de Empresas de Ingeniería, Consultoría y Servicios Tecnológicos, Tecniberia y la representación de la Asociación del  Centro de Empresas Públicas del Principado de Asturias (Aceppa).
El lado más humano lo puso la Asociación Párkinson Asturias, con 600 miembros, de los que 400 son enfermos, cuya presidenta, Amada Pérez Rodríguez, habló a los Príncipes de la labor de la entidad, que ofrece terapias y actividades a las personas diagnosticadas.
Las audiencias comenzaron con las personas distinguidas por el Gobierno regional con las medallas de Asturias 2011, acompañadas por el presidente del Principado, Francisco Álvarez- Cascos. El ex jefe de la Casa del Rey el asturiano Alberto Aza y Rafael Fernández, a título póstumo, fueron las medallas de oro. Tras nueve años de trabajo en el palacio de la Zarzuela hasta el pasado 30 de septiembre, Aza, que acudió con su esposa, reconoció que ser recibido por don Felipe en Oviedo ha sido «especial».
Calificó de «gratísimo» el encuentro y resaltó la amabilidad y simpatía del heredero y su esposa y su interés por las cuestiones de Asturias. La archivera Blanca Álvarez, el dirigente asturiano de la antigua UCD Emilio García-Pumarino y el ex portavoz parlamentario socialista Jesús Sanjurjo, premiados con la medalla de plata, también acudieron al encuentro, al que no asistió el ex secretario general del PCE Gerardo Iglesias, que también declinó su asistencia al acto de entrega de los galardones el pasado septiembre.
Estuvieron, asimismo, los hijos predilectos: el ex presidente de la Fundación Príncipe de Asturias José Ramón Álvarez-Rendueles, el empresario Juan Cueto -que impulsó la expansión de la compañía aérea chilena LAN- y el presidente del Centro Asturiano de Buenos Aires, José Antonio Nespral.
 Carlos Suárez y José Luis Vallvé,  presidentes regional y nacional de Tecniberia, con más de 300 empresas asociadas de las que 24 son asturianas, destacaron la presencia internacional de industrias que trabajan en obras tan dispares como el canal de Panamá o infraestructuras en países del Magreb. Los Príncipes mostraron su respaldo a la labor altruista de la organización de ejecutivos jubilados Secot, que asesoran a jóvenes empresarios, personas en riesgo de exclusión, entidades sin ánimo de lucro y países en desarrollo.
Santiago Rodríguez, presidente de ACEPPA, no pasó por alto los dos originales vestidos creados por una emprendedora asesorada por la entidad  que ofreció como regalo para las Infantas Leonor y Sofía, que, según reveló su madre, ya llevan la misma talla. Los 73 estudiantes con mejores expedientes de fin de carrera en la Universidad de Oviedo expusieron a los Príncipes su incertidumbre ante el futuro.
La anécdota del día la protagonizó uno de ellos, el joven Pablo Álvarez, que entregó su tarjeta al Príncipe y le pidió su ayuda para conseguir una entrevista con el Rey, a fin de exponerle sus ideas sobre la necesidad de que el jefe del Estado pueda asumir más competencias para paliar la situación económica. Entregó a don Felipe una tarjeta de visita con su número de teléfono móvil y la dirección de su página web, en la que se presenta como «mejor expediente universitario de Asturias».
  Alejandro Criado, presidente de la Asociación de Amigos de Ribadesella, localidad a la que está vinculada la Princesa desde niña -su abuela paterna reside desde hace años en Sardéu y ella no perdona una visita al año-, aseguró que los Príncipes expresaron su voluntad de visitar pronto el municipio.