Don Felipe llama a ´todos los españoles´ a colaborar y caminar en la misma dirección
El Príncipe alienta a "proyectar una buena imagen de nuestro país"
Oviedo, D. ORIHUELA
El Príncipe de Asturias ha abogado por la colaboración de todos los españoles para forjar un futuro más esperanzador. Don Felipe alentó a "todos los españoles" a "colaborar" y "caminar en la misma dirección" para afrontar los enormes desafíos que se presentan.
Como manda el protocolo, el Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, fue el último en tomar la palabra. Su intervención es sin duda la más esperada de la ceremonia.
Tras unas palabras introductorias en las que mostró la satisfacción, tanto de él mismo como de la Princesa Doña Letizia, por participar una vez más en la ceremonia, aludió el Príncipe a la Constitución de Cádiz en su bicentenario, "una lección de patriotismo de sus artífices" y "una gratificante fuente de inspiración para todos"
Antes de dedicar unas palabras a cada uno de los premiados, Don Felipe quiso saludar "muy especialmente" a los voluntarios de la Cruz Roja y de los Bancos de Alimentos que estos días se han dado cita en Oviedo.
El Príncipe desglosó una a una la trayectoria de los premiados para luego centrar su discurso en las dificultades por las que atraviesa España y subrayó que en estos tiempos en que tantos españoles están haciendo grandes sacrificios, las administraciones públicas deben acentuar aún más el deber de servir al ciudadano.
El Príncipe alentó a promover una conciencia social que valore "lo mucho que tenemos de positivo, que reconozca nuestras capacidades y fortalezas, potencie nuestra autoestima, y nos ayude a proyectar una buena imagen de nuestro país".
Don Felipe definió el Siglo XXI como "el del conocimiento, la ciencia y las nuevas tecnologías", lo que considera supone "afrontar enormes desafíos que solo podremos superar e influir en ellos a nuestro favor, si todos los españoles colaboramos y caminamos en la misma dirección". En esa línea de unidad abogó por un futuro "basado en el respeto y la confianza mutua de todos los españoles y en el que podamos trabajar cada uno con su propia personalidad y con espíritu constructivo en una empresa común, en un mismo proyecto de convivencia".Incidió Don Felipe para cerrar su intervención en la necesidad de trabajar por España "con vocación y espíritu integrador", como explicó que hace él mismo como heredero de la Corona.
La Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo puso el punto final con la interpretación del Himno de Asturias. Tras finalizar, los premiados abandonaron el escenario mientras los gaiteros interpretaban "El Xarreu".
La Fundación Príncipe de Asturias ha querido lanzar este año un mensaje de esperanza. Así lo ha hecho el presidente de la entidad que concede los Premios Príncipe de Asturias. "España ha sido siempre capaz de salir reforzada de sus crisis", ha afirmado Matías Rodríguez Inciarte en su discurso en el Teatro Campoamor.
Rodríguez Inciarte saludó a Javier Fernández que como Presidente del Principado ostenta la Vicepresidencia de Honor de la Fundación y agradeció el apoyo del ex presidente Francisco Álvarez-Cascos.
El presidente de la Fundación cerró su intervención aludiendo al concepto de "fragilidad del bien" desarrollado por la filósofa Martha Nussbaum, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, un concepto que subraya que "sólo mediante el coraje personal, el compromiso y la solidaridad pueden soslayarse las inquietudes y las amenazas que afectan a nuestras sociedades"
Martha Nussbaum: "La gente no lucha por la renta nacional, lucha por una vida con sentido para ellos mismos"
La filósofa ha sido la siguiente en tomar la palabra para hacer un alegato en defensa de las humanidades. "Necesitamos una educación bien fundada en las humanidades para realizar el potencial de las sociedades que luchan por la justicia".
Nussbaum, que explicó que su trabajo se enmarca dentro del concepto de "enfoque del desarrollo humano" o "enfoque de las capacidades", defendió el "input" de la filosofía en la economía ya "el crecimiento económico, medido por el PIB per cápita, no es suficiente para evaluar la calidad de vida nacional ya que realmente no capta qué es lo que la gente está luchando por conseguir". El PIB, explicó la galardonada, "puede dar una alta calificación a naciones que guardan alarmantes desigualdades de oportunidades". La filósofa neoyorquina puso como ejemplo su propio país "con sus luchas sobre la educación y la asistencia sanitaria y su historial lamentable de violencia de género".
"Una nación pude tener un alto crecimiento sin libertad política o religiosa; pero la gente desea tener una voz sobre su vida política y moral. Una nación también puede crecer bien sin una distribución adecuada de oportunidades de educación, de asistencia sanitaria o de la preservación básica de la integridad corporal", incidió.
En resumen, los trabajos de Nussbaum se encaminan, como ella misma ha señalado en el escenario del Teatro Campoamor, a constatar que "la gente no lucha por la renta nacional, lucha por una vida con sentido para ellos mismos"
El premio Príncipe de Asturias de las Artes, Rafael Moneo, ha tomado la palabra tras la intervención de Nussbaum. Ella habló de las personas y él de su hábitat. Se remontó Moneo a remotos tiempos en los que el arquitecto aún no había hecho su aparición y "construir era una actividad más entre las muchas que reclamaba la superviviencia". Un salto temporal le llevó entonces la época dorada de las humanidades de las que hablaba su predecesora en el turno de intervenciones, el Renacimiento, cuando se "se fraguó la profesión" de los arquitectos. Fue la profesionalización de ese dicho popular de que "todos llevamos un arquitecto dentro".
El Premio Príncipe de Asturias de las Artes pidió a los futuros profesionales que mantengan viva en su trabajo "aquella necesaria racionalidad que implica la supervivencia". La concepción que Moneo tiene de la arquitectura se aleja del personalismo ya que influye en el diseño de la ciudad, "una ciudad que hace que nuestro trabajo vaya más allá de lo estrictamente personal, ya que en él se produce inevitablemente la intersección entre lo público y lo privado".
Moneo concluyó su intervención recordando a sus padres, a su esposa y a sus hijas, pero también a sus colegas y a los estudiantes que han colaborado en su estudio. Para el galardonado, el Premio Príncipe de Asturias que ha recogido en el Teatro Campoamor "abre una ventana a la esperanza en momentos tan duros para quienes trabajan en esta profesión".
Tras la entrega de los premios toma la palabra el embajador de de Estados Unidos, Alan D. Solomont, para leer un mensaje escrito por Philip Roth, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, que no ha podido viajar a Oviedo por consejo médico.
El propio Roth explicó que a finales de primavera se sometió a una operación en la columna vertebral. En su mensaje, Roth se mostró "encantado y sorprendido por la concesión del Premio. "Soy un escritor estadounidense. La historia de los Estados Unidos, las vidas estadounidenses, la sociedad estadounidense, los lugares estadounidenses, los dilemas estadounidenses la confusión, las expectativas, el desconcierto y la angustia estadounidenses constituyen mi temática, como lo fueron para mis predecesores estadounidenses durante más de dos siglos. El habla estadounidense es mi argot. Si me detengo a pensar en mi público, el público en el que pienso es un público estadounidense", apuntó para justificar su sorpresa. "¿Qué pueden significar mis historias estadounidenses para los lectores españoles?".
Tas citar a Paul Auster, se felicita Roth en su misiva de que "una obra de ficción estadounidense seria es, efectivamente, capaz de atravesar la ignorancia, la mentira y la superstición sin sentido que generalmente se combinan para mantener a raya la enorme densidad de la verdadera realidad estadounidense".
"¡Mira", puedo decirme ahora, "hay algún lugar donde he conseguido hacerme comprender!"Y si ese fuera el caso, nada me haría más feliz, concluyó. Peter Maurer, Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, tomó la palabra en representación del Movimiento Internacional de la Cruz Roja, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Maurer dedicó el Premio "a todos los empleados y voluntarios del Movimiento que han perdido la vida en los últimos meses tratando de salvar la vida de otros". Citó Maurer Pakistán, Yemen y Siria, como lugares de conflicto en la que el Movimiento de la Cruz Roja ha sufrido bajas en los últimos meses.El Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja terminó su breve intervención pidiendo a las fuerzas armadas, a los grupos armados y a los líderes políticos y locales "que permitan realizar sus tareas de forma segura no solo a los trabajadores de Cruz Roja y de la Media Luna Roja, sino a todos los que tratan de aliviar el sufrimiento humano de forma imparcial". Puso especial énfasis Maurer en las enfermeras locales, los paramédicos y los médicos, que "deben poder llevar a cabo su labor neutral e imparcial libre de presiones y libre de ataques".
Maurer dio el relevo en el escenario del Campoamor a su colega Tadaneru Konoé, presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Tras agradecer que su compañero dedicase el premio de Cooperación Internacional a los voluntarios fallecidos, apuntó que "en el corazón del Movimiento están los más de trece millones de voluntarios activos que proporcionan servicios que salvan y cambian vidas en comunidades en todo el mundo. Frente a las guerras, los desastres, la pobreza, la violencia, la exclusión o la estigmatización, demuestran a través de sus acciones que todos podemos ser parte de la solución cuando se trata de mejorar la vida de las personas más vulnerables, y hacer de este mundo un mundo mejor".
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