Una guía para salir de la cueva

Los últimos días de cada mes de octubre son buenos en Asturias para escuchar. Para detenerse y dejar que resuenen las palabras que llegan desde todo el mundo y que tienen en la Fundación Príncipe de Asturias su altavoz. Este año vuelve a ser necesaria esta breve parada. Quizá más que nunca.

La oscura crisis que todo lo anega es nuestro desafío colectivo más inmediato. Ese reflejo que tiende al negro es lo que nos devuelve una realidad de la que apenas podemos apartar la mirada. Pero, si nos fijamos, también podemos encontrar matices, rayos de luz que se cuelan por las grietas de esa oscuridad. Las personas y las entidades reconocidas este año por los distintos jurados de los premios «Príncipe de Asturias» comparten valores y actitudes que pueden guiar la salida de la cueva por la que caminamos. Su mirada moral hacia la realidad puede ser, debe ser, candil que nos alumbre.

¿Acaso no es un modelo la actitud de rebeldía contra la pobreza y la injusticia de Martha Nussbaum, premio de Ciencias Sociales? «La sola existencia de la desigualdad es motivo suficiente para hacer algo al respecto», proclama, y bien podría ser ésta una buena guía de conducta para afrontar la senda que todos tenemos por delante.

La Federación Española de Bancos de Alimentos, premio a la Concordia, y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja, premio de Cooperación Internacional, también nos muestran que el compromiso social, la solidaridad y el trabajo por la equidad son valores con alta vigencia.

La comunicación, el establecimiento de marcos para la relación entre las personas, jalona la trayectoria vital y profesional de Shigeru Miyamoto, premio de Comunicación y Humanidades, y de Rafael Moneo, premio de las Artes. Ambos comparten la dimensión abierta de su trabajo, de su obra, entendido como intersección, como canal para la integración. De superar diferencias, de vencer rencillas y recelos, de buscar el encuentro habla este año también el premio de los Deportes, hablan también Iker Casillas y Xavi Hernández.

El premio de las Letras, Philip Roth, observador y relator de un tiempo que ya no está, maestro y modelo para una generación que, cuando el tiempo haya dejado «espacio para la cavilación», nos explicará lo que está pasando, lo que pasó hoy. Y si lo hace siguiendo la estela que deja Roth, lo hará huyendo de la simplificación, lo cual siempre es un buen modo.

Por lo evidente del mérito de los galardonados en la categoría de Investigación Científica y Técnica, el biólogo Gregory Winter y el patólogo Richard A. Lerner, causa hasta cierto pudor la glosa. La aplicación práctica de sus avances tras años de dedicación es la fotografía, la representación más evidente, del trabajo por el bien común. La utilización terapéutica y preventiva de sus descubrimientos, de sus investigaciones sobre el sistema inmunitario, es el hito en un trayecto prolongado, pero un hito compartido con todo el mundo.

Estos días son buenos para aprender, en Asturias y desde Asturias. Y para felicitar, como presidente del Principado, a las personas y las entidades galardonadas por su ejemplo, por la luz que nos encienden como guía, y a la Fundación Príncipe en su conjunto por su buen hacer.