Un kilo de anticuerpos

¿Cuánto pesa el sistema inmune de nuestro cuerpo? La pregunta da lugar a otra interrogación: Pero ¿es que el sistema inmunológico del ser humano se puede pesar? Pues, sí, y pesa más o menos un kilo, que es el resultado en una ideal balanza de unir a cerca de 100 trillones de moléculas a las que les debemos mucho. Son los anticuerpos, moléculas «listas» donde las haya, capaces de identificar la presencia de enemigos invasores (por ejemplo, los virus). Y no sólo de identificarlos, sino de generar estrategias para acabar con ellos. Cuando esas estrategias fallan, malo.

En su seguro paseo por el centro de Oviedo, Richard A. Lerner se encontrará en el Campo San Francisco con mupis que le sonarán. Dieciséis trabajos de profesionales de la Asociación Asturiana de Diseño Gráfico componen una exposición con textos del investigador asturiano en el Instituto Tecnológico de Massachussetts, Amador Menéndez.

Paseando entre los mupis sacamos varias conclusiones. La primera, que Asturias en materia de diseño gráfico tiene potencial de sobra, aunque la crisis tenga a los diseñadores a un cuarto de gas. La segunda, que Amador Menéndez es un divulgador capaz de hacer entender al más obtuso de qué va esto de la ciencia. La tercera, que los humanos somos portadores de un organismo que es casi un milagro. Tan perfecto que incluso tiene fecha de caducidad...

Por los textos de Menéndez y los diseños que la Fundación encargó a tal efecto, conoceremos la compleja línea de investigación de Lerner y Winter, los dos premios «Príncipe de Asturias». A Lerner se le conoce como el «inventor» de las «bibliotecas combinatorias de anticuerpos». ¿De qué se trata? Amador Menéndez nos lo explica: «Los investigadores no sólo lograron fabricar un sistema inmune sintético que imite al natural en sus funciones, sino que consiguieron que este sistema tuviera un repertorio de posibilidades mucho mayor que el natural. Mediante diferentes variaciones crearon lo que se conoce como "bibliotecas combinatorias de anticuerpos". Con ellas es posible hacer frente al virus y a sus diferentes variantes y mutaciones».

El que los humanos tengamos cien trillones de anticuerpos no es causalidad. Se necesitan millones de moléculas distintas para reconocer diferentes configuraciones, «así como se necesitan millones de llaves distintas para abrir millones de cerraduras diferentes».

Los mupis y sus textos repasan la funcionalidad de las vacunas, explican qué son los sistemas inmunes sintéticos, la humanización de anticuerpos (una de las especialidades de Richard Lerner, por cierto), los anticuerpos terapéuticos y algunos de los desórdenes más conocidos de nuestros sistema inmune, que de vez en cuando hace agua. Por ejemplo, con una enfermedad de la que saben mucho algunos asturianos, la artritis reumatoide.