La narrativa «fluida e incisiva» de Philip Roth gana el «Príncipe de Asturias» de las Letras

«La obra narrativa de Philip Roth forma parte de la gran novelística estadounidense, en la tradición de Dos Passos, Scott Fitzgerald, Hemingway, Faulkner, Bellow o Malamud». Así comienza el acta del premio «Príncipe de Asturias» de las Letras concedido ayer al escritor estadounidense, que reconoce «la calidad literaria de su escritura fluida e incisiva».

José Manuel Blecua, director de la Real Academia Española y presidente del jurado, fue el encargado de leer el acta donde se reconoce la grandeza de la literatura de Roth, una narrativa en la que «personajes, hechos, tramas conforman una compleja visión de la realidad contemporánea que se debate entre la razón y los sentimientos, como el signo de los tiempos y el desasosiego del presente».

El jurado destacó ayer sin fisuras la calidad literaria del premiado y su peso internacional como heredero de la gran novelística norteamericana, así como el acierto de distinguir a uno de los pocos escritores a los que se puede catalogar como «un clásico vivo».

Philip Roth, que había llegado en anteriores ediciones a la final, concitó ayer la gran mayoría de los apoyos de un jurado que no cejó en elogiar su trayectoria narrativa. Fue el caso de la catedrática de Literatura Rosa Navarro Durán, que reconoció en su literatura ese don que te sirve «no sólo para olvidarte del entorno, sino para enriquecerte». Tras mostrar su satisfacción «porque el premio se ha sentido realmente honrado con su presencia», destacó sus dotes de narrador indiscutible, varias veces candidato al Nobel. «Lo que me interesa de su obra es esa densidad enorme del peso literario que tiene».

No fue menos generoso con el autor de «Némesis» Juan Armas Marcelo, para quien el de ayer fue «un gran día para el premio "Príncipe de Asturias", para la literatura universal y para nosotros, porque hemos sabido decidir muy bien». Fue su forma de mostrar su absoluto acuerdo por haber elegido a «uno de los escritores claves, uno de los pocos que podemos catalogar de clásico vivo y que recoge todas las influencias de la gran literatura norteamericana de los años treinta».

El periodista Juan Cruz coincidió con el resto del jurado en considerarlo «uno de los grandes escritores del mundo por su sensibilidad y por la capacidad que tiene de escribir lo que parece autobiografía y luego es ficción, por la claridad con la que escribe». Cruz, como otros muchos lectores del autor de «La gran novela americana», reconoce el interés por seguir leyendo que despiertan sus libros. «Es un autor al que lees y te dan ganas de volverlo a leer de inmediato y de no olvidarte de que existe».

Si Juan Cruz subrayó «el gran sentido del humor» de Roth, la decana de la Facultad de Humanidades de Harvard, Diana Sorensen, se refirió a una obra «seria, densa, compleja y sostenida», además de citar su carácter «profundamente crítico» y el hecho de que esté imbuido «de un pensamiento judío con conexiones con un pensamiento político y social» que hace que sus novelas se centren «en el análisis de los problemas contemporáneos».

El escritor Armas Marcelo manifestó ayer, tras reconocer la grandeza literaria del norteamericano, la necesidad de que el premio de las Letras vuelva a recaer en un autor de habla hispana, circunstancia que no se da desde que en el año 2000 se premiara al guatemalteco Augusto Monterroso. La propuesta fue respaldada por otros miembros del jurado.