Oviedo se convierte en la capital cultural del mundo

Con la llegada del otoño Oviedo se prepara para una de las citas más importantes del año. La ciudad se engalana, brilla, reluce y muestra todo el potencial que tiene para ser el mejor paisaje de las miles de imágenes que se captarán estos días en sus calles.

Los premios «Príncipe de Asturias» han convertido la ciudad en uno de los escaparates internacionales más importantes de todo el mundo. Oviedo será el punto de encuentro de las personalidades más destacadas de ocho sectores diferentes.

Su Alteza Real don Felipe de Borbón y Grecia presidirá, como desde hace 32 años, la ceremonia de entrega de los galardones, hoy, a las seis y media de la tarde en el teatro Campoamor de Oviedo. Desde hace unos años don Felipe se acompaña en la mesa presidencial de su esposa, doña Letizia Ortiz, ovetense de nacimiento, algo que le da un sentimiento más emotivo a la gala.

Los premios de esta edición han correspondido en sus distintas categorías para: en Artes a Rafael Moneo, uno de los arquitectos de vanguardia más importantes del gremio; en Concordia a la Federación Española de Bancos de Alimentos, como un claro exponente de un esfuerzo internacional solidario para aliviar algunas de las necesidades más urgentes de la población; en Comunicación y Humanidades a Shigeru Miyamoto, por ser el principal artífice de la revolución del videojuego didáctico, formativo y constructivo; en Cooperación Internacional ha recaído en el movimiento internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, gracias a la ayuda social que presta en conflictos armados de todo el mundo; en Ciencias Sociales a Martha C. Nussbaum, una de las voces más influyentes de la filosofía actual; en Investigación Científica fue a parar a sir Gregory Winter y a Richard A. Lerner, auténticos investigadores del sistema inmunitario; el ganador del premio de las Letras es Philip Roth, una de las mejores plumas de la novela estadounidense de todos los tiempos; y el galardón de los Deportes ha sido para los futbolistas Iker Casillas y Xavi Hernández, que simbolizan los valores de la amistad y el compañerismo más allá de la rivalidad de sus respectivos equipos.