Premiados:
Discurso de John Banville, Premio Príncipe de Asturias de las Letras:
Es un inmenso honor y un inmenso placer encontrarme hoy aquí, en el corazón del
Principado de Asturias, para recibir este magnífico premio que agradezco sinceramente.
La invención más trascendental de la humanidad es la frase. Han existido grandes
civilizaciones ignorantes del concepto de la rueda, pero poseían la frase, pues sin ella no
habrían sido ni grandes ni civilizadas. Con frases pensamos, especulamos, calculamos,
imaginamos. Con frases declaramos nuestro amor, declaramos la guerra, prestamos
juramento. Con frases afirmamos nuestro ser. Nuestras leyes están escritas con frases.
No es desatinado afirmar que con frases está escrito nuestro mundo.
Otros defenderán tesis distintas. El científico dirá que nuestro supremo logro como
especie es la invención de las matemáticas. Y, ciertamente, el lenguaje de las
matemáticas posee una sublime belleza. En su rigor radica su aliento. No obstante, el
máximo aliento de la frase, y por ende del lenguaje, radica, precisa y gloriosamente, en
su carencia de rigor. Por sencilla, directa y clara que sea una frase, siempre se revelará
ambigua. Y la ambigüedad es la esencia de la vida.
El lenguaje de las frases abraza la realidad en un esfuerzo incesante por abarcarla,
contenerla, expresarla. Vano esfuerzo, como debe ser. La esencia de la realidad se
encuentra, esencialmente, fuera de nuestro alcance. No existe la cosa-en-sí: sólo existen
las relaciones entre las cosas. Todo es contingencia. Como dijo bellamente Emerson:
Vivimos entre superficies y el verdadero arte de la vida consiste en deslizarse bien
sobre ellas. Podemos pensar que el lenguaje no pinta nada, pero pinta hermosas
realidades.
Como escritores, afilamos nuestras frases para que alcancen el corazón de las cosas.
Pero eso no sucederá, somos demasiado torpes. Sin embargo, perseveramos en nuestro
intento de expresar la existencia, en nuestro intento de que quede expresada, en nuestro
intento de expresarla con acierto. Nunca lo conseguiremos, pero como bien sabía mi
compatriota Samuel Beckett, nuestra gloria estriba en persistir, desalentados, pero jamás
vencidos. El esfuerzo no es vano, aunque cada punto final sea una admisión de fracaso.
Hablar es ser. Nadie lo ha expresado mejor que Rilke en las Elegías de Duino:
¿Estamos acaso aquí para decir: casa,
puente, fuente, puerta, vaso, árbol frutal, ventana,
a lo sumo: columna, torre? Mas para decirlo, comprende,
ay, para decirlo así como jamás las cosas mismas
creyeron ser en su intimidad.
He dedicado mi vida a batallar con las frases. No puedo imaginar existencia más
privilegiada.
(Traducción de Nuria Barrios)
1 N.T.: Novena elegía. Traducción de Jaime Ferreiro Alemparte para la edición de
Austral, Madrid, 1999.
John Banville: "La invención más trascendental de la humanidad es la frase"
El escritor irlandés, premio "Príncipe de Asturias" de las Letras ha defendido que la ambigüedad es la esencia de la vida
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«Es un gran placer y un gran honor ser galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2014. Sé lo maravilloso que es este Premio, tanto cultural como históricamente, y, sinceramente, estoy muy orgulloso de que mi nombre sea añadido a la larga lista de grandes escritores que lo han recibido en el pasado».
John Banville
Dublín, 4 de junio de 2014